27 de septiembre
Fiesta de Interés Turístico Nacional
Una procesión que se remonta al año de 1752, cuando la noche del citado día, los vecinos salieron a recibir la reliquia de Santo Toribio, provistos de antorchas. Actualmente el pueblo sale a la calle con ropas de antaño, portando viejos pellejos con pez, sujetos a unos varales, que se prenden, mientras cantan y bailan en el cortejo. La procesión termina cuando El Vítor o estandarte llega a la Ermita, sobre las cinco de la madrugada. El fuego, el olor a pez quemada y los cánticos hacen de esta fiesta un acto único, digno de ser vivido.
Son también destacables los encierros y espectáculos taurinos, que se celebran desde el año 1503.